Piensa en cada pequeña oferta que puedes hacer hoy

Tomando los cinco panes y los dos peces y mirando hacia el cielo, dijo la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes a su vez se los dieron a la multitud. Todos comieron y quedaron satisfechos, y recogieron los fragmentos restantes: doce cestas de mimbre llenas. Mateo 14: 19b-20

¿Alguna vez ha sentido que tiene poco que ofrecer? ¿O que no puedes tener un impacto en este mundo? A veces, todos podemos soñar con ser alguien "importante" con gran influencia para hacer "grandes cosas". Pero el hecho es que puede hacer grandes cosas con lo "pequeño" que tiene para ofrecer.

El pasaje del Evangelio de hoy revela que Dios pudo tomar algo muy pequeño, cinco panes y dos pescados, y transformarlos en alimento suficiente para alimentar a decenas de miles de personas ("Cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños". Mateo 14: 21)

Esta historia no es solo un milagro con el propósito de proporcionar la comida necesaria para la multitud que vino a escuchar a Jesús en un lugar desierto, también es una señal para nosotros del poder de Dios para transformar nuestras ofrendas diarias en bendiciones exponenciales para el mundo .

Nuestra meta no tiene que ser determinar qué queremos que Dios haga con nuestra ofrenda; más bien, nuestra meta debe ser hacer la ofrenda de todo lo que somos y todo lo que tenemos y dejar la transformación a Dios. A veces nuestra ofrenda puede parecer pequeña. Puede parecer que lo que ofrecemos no tendrá ningún beneficio. Por ejemplo, hacer una ofrenda a Dios de nuestras tareas cotidianas mundanas o cosas por el estilo puede parecer infructuoso. ¿Qué puede hacer Dios con esto? Los que tenían los panes y los peces podrían haber hecho la misma pregunta. ¡Pero mira lo que hizo Jesús con ellos!

Todos los días debemos confiar en que todo lo que ofrecemos a Dios, ya sea grande o pequeño, será utilizado por Dios exponencialmente. Aunque es posible que no veamos buenos frutos como los de esta historia, podemos estar seguros de que los buenos frutos serán abundantes.

Piense en cada pequeña oferta que pueda hacer hoy. Los pequeños sacrificios, los pequeños actos de amor, los actos de perdón, los pequeños actos de servicio, etc., tienen un valor incalculable. Haz la ofrenda hoy y deja el resto a Dios.

Señor, te doy mi día y cada pequeña acción de este día. Te doy mi amor, mi servicio, mi trabajo, mis pensamientos, mis frustraciones y todo lo que encuentro. Por favor toma estas pequeñas ofrendas y conviértelas en gracia para tu gloria. Jesús, creo en ti.