Las lágrimas de la Virgen en la casa de Bettina Jamundo

En Cinquefrondi, en el sur de Italia, encontramos el lugar indicado. La señora Bettina Jamundo vive en una modesta casa en la misma provincia de Maropati. Es costurera de oficio, pero también gran devota de María, y reúne pequeños grupos de vecinos en su casa para rezar el Rosario. Es el año 1971, cuando comienzan a suceder cosas extraordinarias en Cinquefrondi.

En la habitación colgaba un cuadro del doloroso e inmaculado Corazón de María. El 26 de octubre, alrededor de las 10 de la mañana, dos hermanas estaban visitando a la Sra. Bettina Jamundo y una de ellas notó dos lágrimas en la imagen de la Virgen, centelleantes, como perlas, luego la otra hermana las vio también. El llanto duró dos horas, hasta el mediodía. Las lágrimas fluyeron una tras otra, desde los párpados hasta la parte inferior del marco. Las mujeres intentaron mantener en secreto lo sucedido, pero no se esperaba que fuera así: un 1 de noviembre, todos los Cinquefrondi fueron conscientes de las lágrimas. Muchos vinieron a ver el milagro. El fenómeno se repitió a lo largo de diez días. Entonces, durante veinte días, no hubo lágrimas para ver. Más tarde, la imagen lloró una y otra vez. Las lágrimas se recogieron en pañuelos y, a través de ellas, se curaron algunas enfermedades incurables.

El 15 de septiembre de 1972, fiesta de los siete dolores de María, se observó sangre por primera vez con un bastoncillo de algodón. en el que cayeron las lágrimas de la Virgen. Inicialmente, las lágrimas se estaban convirtiendo en sangre y algodón, pero, inmediatamente antes de la Semana Santa de 1973, la sangre goteaba del corazón de la Virgen. Este sangrado duró tres horas.

El 16 de julio de 1973 Bettina escuchó una voz que decía: Música y luego “Cada lágrima es un sermón”.

Y luego una gran luz apareció a través de la ventana. El vidente se levantó y vio afuera, un árbol, un disco rojo brillante, como el sol cuando se pone. Después de mucho tiempo, aparecieron letras grandes en el disco. Dijeron: "Jesús, el Divino Redentor está en la cruz, María llora". En otras palabras, el significado es: la humanidad recuerda que Cristo murió como una cruz para redimir al mundo, pero el hombre se ha olvidado, y así llora María.