Devoción práctica del día: santificar los deberes de uno

1. Cada estado tiene sus propios deberes. Todo el mundo lo sabe y lo dice, pero ¿cómo lo esperas? Es fácil criticar a otros, al hijo desobediente, a la mujer ociosa, al criado inactivo, que no hace lo que debe; pero piensas para ti mismo: ¿cumples con tu deber? En el estado que te dio la Providencia, como hijo, mujer, alumno, madre, superior, trabajador, empleado, ¿cumples con todas tus obligaciones de la mañana a la noche? ¿Puedes decir que sí francamente? ¿Te estás esperando constantemente?

2. Reglas para esperarle bien. Sería un desastre cumplir con el deber por capricho, por vanagloria, mecánicamente. Por tanto: 1 / cumplamos con nuestro deber de buena gana; 2 ° preferimos lo obligatorio a lo gratuito, aunque más perfecto; 3 ° no emprendemos negocios que sean incompatibles con la salud eterna o que estén demasiado impedidos; 4 ° No transgredimos ningún deber, aunque parezca una pequeña cosa. ¿Usas estas reglas?

3. Santificación del propio deber. Una cosa es trabajar bien humanamente, y otra es trabajar de manera santa. Incluso un turco; un judío, un chino puede cumplir bien con su deber, pero ¿de qué sirve para su alma? Todo pequeño vale para la santidad, para la eternidad, si: 1 ° se hace por gracia de Dios; 2 ° si está hecho para la gloria de Dios, con estos dos medios, ¡qué fácil es volverse santo, sin una vida extraordinaria! Piénsalo…

PRÁCTICA. - Supere toda pereza en su deber. Si tiene problemas, diga: Por el amor de Dios.