Devoción práctica del día: el mundo habla de Dios

1. El firmamento habla de Dios, contemplar la bóveda estrellada del cielo, contar el número ilimitado de estrellas, ver su belleza, su brillo, su luz diferente; considere la regularidad de la luna en sus fases; Observa la majestuosidad del sol… En el cielo todo camina ni, después de tantos siglos, el sol se desvió un solo milímetro del camino marcado para él. ¿No te eleva ese espectáculo tu mente a Dios? ¿No ves la omnipotencia de Dios en el cielo?

2. La tierra habla de la bondad de Dios, mira a todas partes, mira la flor más simple, ¡admirable en su conjunto! Observa cómo cada estación, cada país, cada clima muestra sus frutos, todos variados en sabores, dulzuras, virtudes. Apunta el reino de los enfermos en las muchas especies: uno te recrea, el otro te alimenta, el otro te sirve dócilmente. ¿No ves la huella de Dios, bueno, providente, amante en todas las cosas de la tierra? ¿Por qué no lo piensas?

3. El hombre anuncia el poder de Dios El hombre fue llamado un mundo pequeño, combinando en sí las mejores bellezas esparcidas por la naturaleza. El ojo humano por sí solo cautiva al naturalista que considera su estructura; ¿Qué pasa con todo el mecanismo, tan preciso, tan elástico, tan sensible a todas las necesidades del cuerpo humano? ¿Y el alma que le da forma, que la ennoblece? El que reflexiona, lee, ve, ama a Dios en todo, y tú, del mundo, ¿sabes cómo elevarte a Dios?

PRÁCTICA. - Aprende hoy de todo para elevarte a Dios Repite con Santa Teresa: Para mí muchas cosas; y yo no la amo!