Devoción práctica del día: evitar el vicio de la ociosidad

1. Los problemas de la ociosidad. Todo vicio es un castigo para sí mismo; el orgulloso se desespera de sus humillaciones, el envidioso se entristece de ira, el deshonesto se adormece con su pasión, el ocioso muere de aburrimiento. ¡Qué feliz es la vida de quienes trabajan, aunque vivan en la pobreza! En el rostro del holgazán, aunque gouache en oro, se ve el bostezo, el aburrimiento y la melancolía: castigos de la holgazanería. ¿Por qué encuentras mucho tiempo? ¿No es porque estás inactivo?

2. La malicia de la ociosidad. El Espíritu Santo dice que la ociosidad es padre de vicios; David y Salomón son suficientes para probarlo ¡En horas de descanso, cuántas malas ideas vinieron a nuestra mente! ¡Cuántos pecados hemos cometido! Medita en ti mismo: en los momentos de ocio, de día, de. noche, solo o en compañía, ¿tienes algo que reprocharte? ¿No es la ociosidad una pérdida de tiempo precioso que tendremos que rendir cuentas al Señor?

3. Ociosidad, condenada por Dios La ley del trabajo fue escrita por Dios en el tercer mandamiento. Trabajarás seis días, en el séptimo descansarás. Ley divina universal, que abarca todos los estados y todas las condiciones; el que lo rompa sin causa justa dará cuenta a Dios. Comerás pan empapado con el sudor de tu frente, dijo Dios a Adán; quien no trabaja, no come, dijo San Pablo. Piensa que pasas muchas horas ociosos ...

PRÁCTICA. - No pierda el tiempo hoy; trabajar de tal manera que coseche muchos méritos para la eternidad